Skalariak canceló su concierto en Chile. Ni siquiera lo postergó, dejando abierta alguna posibilidad de realizar su tan esperado show.
Explicaciones ante esto hay varias. Según la productora, el motivo fundamental para que Skalariak no quiera tocar en Chile es que se niega a compartir escenario con Betagarri, banda del país vasco que tenía agendada una visita a sudamérica en dias similares.
Explicaciones ante esto hay varias. Según la productora, el motivo fundamental para que Skalariak no quiera tocar en Chile es que se niega a compartir escenario con Betagarri, banda del país vasco que tenía agendada una visita a sudamérica en dias similares.
Gente cercana a la productora -o que al menos dice serlo- ha señalado que los chicos de Bilbao no quieren nada con Betagarri, ni compartir instrumentos, ni mirarse: nada de nada. Sin embargo, esta es una parte de la historia.
Por el lado de Skalariak, el argumento se desarrolla en base a un supuesto incumplimiento de contrato relacionado con los teloneros, lo que habría molestado profundamente a la banda. No sólo tiene que ver con Betagarri, entonces, sino con la gran cantidad de bandas que tocarían junto a ellos.
Por el lado de Skalariak, el argumento se desarrolla en base a un supuesto incumplimiento de contrato relacionado con los teloneros, lo que habría molestado profundamente a la banda. No sólo tiene que ver con Betagarri, entonces, sino con la gran cantidad de bandas que tocarían junto a ellos.
Primero era Flema -reagrupada- junto a Fiskales Ad-Hok y Curasbún. De por si teloneros extraños, teniendo en cuenta la nula hermandad que existe entre los punks y skins chilenos con los rudeboys, admiradores de los sonidos skatalíticos. O sea, no es que haya una odiosidad generalizada, pero los golpes son algo recurrente en este tipo de eventos que llaman a la tan manoseada consigna de "tolerancia y respeto".
Después Flema y Curasbún se bajaron. Los chicos de Gerli porque prefirieron ser coherentes con su historia. -pese a que anunciaron durante semanas que tocarían en Chile y toda sudamérica, información que incluso me motivó a escribir un dudoso texto sobre el regreso de la banda- y no tocar en Chile ni en latinoamérica, sino hacer un único concierto en Argentina el 2 de noviembre. Bien por ellos. En el caso de Curasbún, la banda decidió bajarse, dejando la prioridad hacia bandas ska, que tuvieran alguna conexión con Skalariak. Ahí aparecen Santiago Rebelde- con el Corsario de vuelta desde España-, los Precisos y a última hora Betagarri, banda no muy amiga de Skalariak.
Una lástima que haya existido tanta descordinación, más que por el hecho de perder la visita de esta banda, porque podría significar que se produzca una especie de efecto dominó, ya que existe la posibilidad que se genere cierta desconfianza ante la poca seriedad de algunas productoras chilenas, que toman este tipo de conciertos sin mayor profesionalismo.
Otro punto interesante, al menos que deberíamos tener nosotros como público y por cierto los que organizan este tipo de conciertos, es transparentar que se busca con la realización de estos. ¿Ganar dinero a expensas de bandas que gritan como locos que están en contra del capitalismo y de la sociedad de consumo o construir instancias culturales críticas al alcance de ese público que no puede ni le interesa pagar espectáculos de plástico?
La respuesta comienza a esbozarse lentamente, a pesar de todo el discurso lleno de palabras que en algún momento nos conmovieron y nos hicieron soñar en realidades distintas. Una lástima.