(Emilio Cao)
El Punk nunca fue la solución a algo. Siempre vomitó, lloró y tiró un par de manotazos al voleo sin mayores pretensiones. Nunca quiso ser rebelde, ni contestatario, ni proponer soluciones. Sí tenía en su esencia un espíritu destructivo, caótico: pesimista. No digo que fuera reaccionario, pero tampoco se encantaba con revueltas incomprendidas y anacrónicas. Puede que la esencia sea el desencanto, la frustración. Porque por mucho que se imponga un estereotipo de rudeza, la angustia existe, lo lamento. Pero eso no significa que el Punk sea grave, o depresivo. No hay cuestionamientos: El Punk depresivo se mata, no sigue agonizando eternamente. La frase de Kurt Cobain: “ es mejor quemarse que apagarse lentamente” no era tan pelotuda. Pienso en Mahoma de RIP: Hizo suya esa frase que ni siquiera conocía. Pienso en Santi de Sin Ley: Hizo suya esa frase que jamás escuchó (no creo que le haya gustado Nirvana). Natxo de Cicatriz tampoco aguantó. Resultado: muerto. Hay tantos que ya no están. Pienso en Ricky Espinosa de Flema: él todavía nos sigue penando. Porque él sí supo transmitir esa pena sin adquirir una postura fatalista frente a la vida. No hay futuro, nada nos mueve, venganza decía La Polla Records. Y eso seguimos haciendo. Alimentamos la venganza en cada movimiento que incrustamos en el cemento maltrecho. Si baja Dios del cielo: vamos a reírnos de él. Porque no nos importa nada, nada nos mueve, todo da asco. Tú das asco, yo doy asco. ¿Vomitar? Hazlo, mientras no me toques la cara, todo bien.
El Punk nunca fue la solución a algo. Siempre vomitó, lloró y tiró un par de manotazos al voleo sin mayores pretensiones. Nunca quiso ser rebelde, ni contestatario, ni proponer soluciones. Sí tenía en su esencia un espíritu destructivo, caótico: pesimista. No digo que fuera reaccionario, pero tampoco se encantaba con revueltas incomprendidas y anacrónicas. Puede que la esencia sea el desencanto, la frustración. Porque por mucho que se imponga un estereotipo de rudeza, la angustia existe, lo lamento. Pero eso no significa que el Punk sea grave, o depresivo. No hay cuestionamientos: El Punk depresivo se mata, no sigue agonizando eternamente. La frase de Kurt Cobain: “ es mejor quemarse que apagarse lentamente” no era tan pelotuda. Pienso en Mahoma de RIP: Hizo suya esa frase que ni siquiera conocía. Pienso en Santi de Sin Ley: Hizo suya esa frase que jamás escuchó (no creo que le haya gustado Nirvana). Natxo de Cicatriz tampoco aguantó. Resultado: muerto. Hay tantos que ya no están. Pienso en Ricky Espinosa de Flema: él todavía nos sigue penando. Porque él sí supo transmitir esa pena sin adquirir una postura fatalista frente a la vida. No hay futuro, nada nos mueve, venganza decía La Polla Records. Y eso seguimos haciendo. Alimentamos la venganza en cada movimiento que incrustamos en el cemento maltrecho. Si baja Dios del cielo: vamos a reírnos de él. Porque no nos importa nada, nada nos mueve, todo da asco. Tú das asco, yo doy asco. ¿Vomitar? Hazlo, mientras no me toques la cara, todo bien.