8/04/2006

¿Nihilismo y Nietzsche?


Nihilismo y Nietzsche

(Por Simón Ramone)

Da terror percibir que nunca se entendió el nihilismo nietzscheano. O sea, puede que se haya entendido, pero no tiene ninguna importancia que se divulgue y se analice en círculos eruditos sin ninguna trascendencia. A mi por lo menos no me importa, y estoy seguro que a ti tampoco.

Pensemos un poco en Nietzsche. Sí, ese filólogo que detestaba a Sócrates, que despreciaba al cristianismo y que exigía el retorno a la corporalidad representada en su ejemplificación llamada Dionisio. Más allá de lo bonito y lo poético que puede resultar todo esto, es urgente destacar un punto que se obvia y que se asume como algo conocido y entendido: el nihilismo nietzscheano.

Por nihilismo entendemos negación, no hay mayores dudas al respecto. Podemos encontrar nihilismo desde el arte dadaísta de principios del siglo XX, que sería un nihilismo pensado, razonado e incluso: intencionado. También aparece en el Punk, siendo su paradigma máximo los Sex Pistols. Lo interesante - y lo loco - acá es que el nihilismo no fue pensado. Por más que Malcolm Mclaren argumente que él creo a los Sex Pistols, siendo ellos una especie de creación hecha por el marketing, los excesos de Sid Vicious - incluyendo su adicción a la heroína, los actos auténticos de rebeldía (como tocar en un barco cuando les prohibieron tocar en el suelo inglés), fueron espontáneos, auténticos: no respondiendo a ninguna ideología.

Ambos, el dadaísmo y el punk, constituyen hermosos ejemplos de nihilismo, hasta pueden extraenos ciertas lagrimitas. Pero recordemos que estamos refiriéndonos a Nietzsche, no a lagrimitas de supuestas corrientes artísticas.

Lo central - del nihilismo nietzcheano - es la concepción de salvación que se presenta en ideas de redención que desprecian este mundo. Al despreciar lo corporal, la materia, lo inmediato, estaríamos siendo más nihilistas que los "nihilistas clásicos" que desprecian ese tipo de concepciones redentoras. Ellos, los cristianos, los judíos, los musulmanes, incluso los cercanos a ideologías que creen que todo, algún día (pensando en el futuro) será mejor. Ese desprecio por la existencia, esa concepción lineal de la vida, constituyen uno de los mayores - pudiendo ser el mayor - vicio de la cultura occidental que tanto desprecia nietzsche. Más allá de si sigues o no el cristianismo - seamo francos, casi nadie lo sigue - se cuestiona acá la esencia de su pensamiento, al creer que todo lo inmediato es pecaminoso, feo, tonto, sucio, malo.

Es interesante, porque dentro de combativas expresiones artísticas o incluso, en los pensamientos de decepcionados muchachxs post-modernos, el nihilismo viene a ser la respusta y la solución ante este sin fin de respuestas poco convincentes. Al ser nihilista ya encontré mi salvación. ya encontré mi sentido de existencia. Qué más equivocado que esta nueva ilusión que desprecia la vida. El nihilismo nunca será la salvación de nada, siempre será una excusa - algunas veces mejor argumentada que otra - para huir de este "eterno retorno" que se presenta en cada instante llamado existencia. Insistir en el nihilismo, a través de doctrinas redentoras, por una parte demuestra una cobardía absoluta y por otra demuestra lo poco originales en la búsqueda de explicaciones al por qué de estar vivos.

Jean- Paul Sartre decía que estábamos - y estamos - condenados a ser libres. O sea, ya por el simple hecho de existir, sin darnos cuenta, nos hacemos cargo de cada una de nuestras decisiones, siendo responsables todas las situaciones presentes en este mundo. Qué más acertado que eso. Mientras entendamos que la vida es acá, ahora, en este mismo segundo que se escapa mientras lees este texto poco fundamentado, se nos olvida reiteradamente que la vida es ahora, ahora, ahora y ahora.

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