5/01/2007

plonk

"Que no me intenten explicar que Green Day hacen punk. Ellos no hacen punk, hacen 'plonk'1, se han subido al carro de la música y se aprovechan de algo que no ha crecido con ellos".

Johnny Rotten

A estas alturas, ni siquiera sé si tiene sentido defender al punk. No como cultura, no como un movimiento político que aspira al tan sospechoso poder, sino como una de las expresiones musicales más originales y transgresoras de los últimos 30 años. Está claro, no tiene sentido.
Cada día que pasa, agoniza con Internet, esa tecnología perversa y a la vez liberadora que mata y banaliza: que le quita sentido a lo que escribo.
Porque conseguirse un disco de Eskorbuto ya no se encuentra en una feria libre del centro o en una tienda del Persa, "traído en forma exclusiva de España". Puede que sí, pero toda esa mística se terminó.
Los viejos ya no sé interesan en algo que crearon y los jóvenes, esos adolescentes que siguen vibrando con una energia tan inexplicable y liberadora, se reproducen como conejos: cada día son más. El problema es que ya no se ve rebeldía, ni preguntas. Ni siquiera alguna convicción, por más inestable que sea.
Puede que Malcom Mclaren, manager y autocalificado creador de los Sex Pistols no haya estado tan equivocado, y después de todo, el punk sólo fue una construcción de marketing en un momento preciso y con la gente precisa. Pero ya pasaron más de 30 años de eso y parece que ahora él pinta unos cuadros y se cree conejo.

1 El adjetivo "plonk" se utiliza en el argot británico para los licores baratos y para alguien que se comporta como un estúpido. Actualmente, se usa para referirse a alguien que hace el ridículo en público.

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