10/26/2005

¿Ska-P y los niños?


Ska-P una vez más

Ska-P En Chile junto a
Los Miserables
Viernes 7 de Octubre
21:00


(Por Simón Ramone)

Simón, por favor, detente. ¿De nuevo a Ska-p? ¿Por qué? Por meses dijiste que ese grupo no te representaba. Por meses dijiste que Ska-P, era una simple caricaturización de todos esos grupos que dieron su vida a costa de ver un presente más humano. Simón: ¿qué hiciste?

No puedo quitar la cabeza a las circunstancias: Ska-P es un grupo vendido. No hay argumento razonable que justifique sus incoherencias. Incoherencias que no son menores. Empecemos paso a paso:

Ska-P se define como una banda política: Asunto grave, ya que al igual que otras bandas poco originales (como Sin Dios), sólo entregan una sucesión de palabras impositivas de cómo entender el mundo. Esa postura, que ya es cuestionable, más encima te limita. Un grupo que tiene textos anarquistas (a pesar de lo predecibles, panfletarios y por segundos ingenuos), debería mantener una cierta coherencia.
Ejemplo práctico: No puedo tener en mi último recital afiches de La Tercera, diario el cual pertenece a uno de los consorcios monopólicos de la información más grande del país.

Ska-P lucra con su despedida: Quizás hasta pueda entender que en su primera visita al país, el grupo tuviera algunos auspicios para financiar su recital en el Estadio Victor Jara. También podría entender que vinieran bajo el intercambio cultural de “Rock en Ñ” (La embajada española financia eventos culturales con el fin de promover música en español, también han participado bandas tan asquerosas como Estopa), pero no entiendo que en su último recital, el grupo cobre tanto dinero. Porque seamos claros, Ska-P viene de Vallecas, Ska-P creció escuchando Eskorbuto y La Polla Records. Si por estos años adquirieron figuración mediática fue porque transaron todo lo que esos mártires de la marginalidad siempre les advirtieron: no te vendas. Y Ska-P sin asco se vendió. Se despide, y más encima a precios risibles.
Ejemplo práctico: Ska-P subió el precio de sus entradas, comparado con sus visitas anteriores en un 25%. Además abandonó sus lazos con los grupos independientes que los acogieron en sus presentaciones del 2002 y 2003.

Ska-P banaliza su tradición musical: Me parece una falta de respeto que Ska-p, como decía arriba, que no creció escuchando La Oreja de Van Gogh u otros grupos oportunistas, se rebaje a este nivel de masividad esporádica. No entiendo lo que escribiste. Seré claro: Qué Ska-P toque Aprieta el Gatillo por muy pose y rebelde que pueda parecer, siempre será una estupidez y una falta de respeto hacia esos pesimistas que murieron en el anonimato de las drogas y los excesos.
Ejemplo práctico: Ska-P tocó un tema de Cicatriz. Respuesta natural: Poca gente conocía el tema (esperaban algo de Miguel Bosé o Soda Stereo).

Ska-P está en una multinacional: Debería dar lo mismo. Porque si uno hace un seguimiento histórico, muchas bandas han sido conocidas en el tercer mundo (acá, a pesar de los engaños optimistas de políticos mentirosos) gracias a estas empresas del hambre. Pero existe una diferencia, no tan sutil: Ska-P se define como una banda anarquista, y a pesar de todo lo que me puedan molestar bandas como Conflict o Sin Dios, por lo menos ellos si han sido consecuentes con las palabras que vomitan en cada uno de sus discos.
Ejemplo práctico: En las radios locales, han repetido hasta el hastío temas como Niño Soldado o Cannabis. Podría estar bien. Muchas personas menos graves, justifican esta explosión de popularidad como una vía válida para generar “conciencia”. Me parece hermoso, pero yo no he visto apoyos reales hacia la causa Palestina, hacia el fin de la Guerra de Irak, etc. de todos estos niños que disfrutan de sus años de rebeldía sin causa.

Pero vamos al concierto, al último concierto.

Tenía que estar en Ska-P, tenía que estar ahí. Hacerle el quite al fin de una banda como esa era imposible. No porque me siguiera apasionando, sino porque su transformación ha sido un proceso más que interesante. Debía verlo.

Paréntesis: Pensemos en las visitas emblemáticas de este año y sus respectivos precios

Marky Ramone: $10.000. Baterista clásico de Ramones, en su quinta visita a Chile. Habría dado un brazo por estar ahí, pero a pesar de todas las especulaciones, los cinco ceros siempre serán un problema.

Agnostic Front: $14.000. Por más que venga con una banda aparecida como Hatebreed, no se justifica un precio así de caro. Desenlace natural: me quedé afuera del concierto.

Skatalites: $14.000. “No si los padres del ska son consecuentes”. Ja!

Conclusión: Ha sido un año algo caro. Más encima traté de colarme legalmente. Pero existe un círculo de poder más que interesante dentro de la escena independiente.

Pero vamos al concierto. No se trata de consecuencia: se trata de música. Se trata de revivir esas influencias de La Polla Records, de Kortatu, de Ramones. Quizás haya caído en el mismo pozo de banalidad, pero bueno, que viva la modernidad (nada que ver pero filo).

Llegamos al nacional. Después de tomarnos unas cervezas, entramos al Estadio. Panorama: un público curioso. Todavía me impacta ver a niños de 9 años con sus padres tomados de la mano. Es tierno, obvio, pero me sorprende. En el último recital de Ramones en Argentina, se ve una imagen de un padre, totalmente sudado, levantando a su pequeño hijo que grita Hey Ho Let’s Go. Bueno, acá eso no pasaba, los padres se acomodaban de forma bastante relajada en las graderías, mientras sus pequeños observaban ansiosos un concierto rebelde y divertido. Que lindo, pensaba. Tanto niño, tantos jóvenes lindos y alternativos. Lo que me molesta y que a estas alturas me destruye internamente no es la masividad del grupo ni del punk o del rock en general, sino la nula unión que se tiene con el resto. Y no me refiero en términos a ideas políticas ni otras justificaciones innecesarias, sino a vínculos humanos. Nada nos une. Yo miraba, miraba, seguía mirando. Escuchaba a los niños, escuchaba al futuro de no sé que y me preocupaba. Me da miedo este vacío forzado de complacencia hacia todo. Porque los punks no somos weones. Por más que se venda un discurso de que un punk es anarquista, bueno con las plantas, amigo de sus tíos del sur y bueno pal fútbol eso no es real. Los estereotipos no existen dentro del punk, pero estos niños creen que se legitima a través de poleritas con una frase subversiva, a través de adornos estéticos que tratan de explicar en cada momento. ¿Y la música? Empieza Miserables.

Miserables se va a separar. Lo dijeron ha principio de año y han guardado una cautela más que prudente. Pero una vez más salieron dentro de un contexto bizarro (ejemplo práctico: tocatas con Los Mox) y supieron hacer lo suyo: mantener viva esa molesta provocación. Porque por más que Miserables sean considerados vendidos, monótonos y demasiado rojos son una banda inteligente. Se reinventan una y otra vez y pareciera que los año no pasaran. Sonó La Policía, Leo Catán, Skada Vez Peor, Te doy una canción de Silvio Rodríguez y más y más. La aceptación de los niños fue interesante. Pense : “chucha como el Claudio tiene una polera de Miguel Enriquez lo van a mandar a la mierda”. Pero no, incluso pudieron verse espontáneos pogos circulares. Miserables argumentó que Ska-P es una banda que sabía ocupar los medios. ¿Sabe?

Poco más de media hora dura la presentación de Miserables. Venía Ska-p

Lo único que me molesta de esta tocata es ver como todas tus seguridades infantiles se van a los mil carajos. Cuando era más chico me tragaba esas frases de Ska-P y más allá del discurso repetitivo y político sentía una complicidad con la banda. No sonaban en la radio porque los niños jamás entenderían la profunda angustia que llevan consigo esos alegres sonidos punkies mezclados con trompetas y guitarras aceleradas. Quizá nunca fue así, eso es lo que más me duele. Porque Ska-P no es Betagarri, Ska-P no es Banda Bassotti, pero es Ska-P, y tenía esperanzas en el grupo. No me acuerdo con que tema parten , pero los niños gritaban, algunos se escapan ante tanto golpe y el olor a marihuana. “Tengo miedo”- piensa un niño de polera café. Sale corriendo y se ubica junto a las graderías. Arriba Ska-P repite una interminables consignas políticas. Los niños repiten, pero dudo que procesen. Más que eso, dudo que les importe. Escucho Allende, Victor Jara, Pinochet, Bush y los niños dicen “ehhhhhhhhhhhh’’ seguido de un “oooooooooo” o de un directo y preciso conshetumadre. Pul Pul deja en ambigüedad el término de la banda. “El otro año me los cago de nuevo” – piensa este símbolo del rock español. Queda poco de concierto. No paro de sudar, escucho temas que no sonaron en las otras visitas, como El hombre resaka baila ska, y Seguimos en Pie. No suena Villancico o Animales de laboratorio, temas que por lo menos a mi alrededor se esperaban con expectación. Pero no, para finalizar sonaron los éxitos radiales y faltaba despedirse. Bye Bye.

Pasaron situaciones divertidas, pero no tengo ganas de contarlas. Lo único que se es que esos niños, siguen siendo igual de individualistas, igual de egoístas, igual de insensibles, igual de predecibles que en la época en que escuchaban N Sync.

El Punk no está muerto pero estos niños todavía tratan de matarlo. Por suerte estos niños todavía no lo entienden. Por suerte estos niños todavía no logran sentir esa fuerza incontenible que tú, seguramente todavía eres capaz de percibir. No la pierdas.

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