1/31/2006

¿¿Marky Ramone en Chile??



Marky Ramone en Chile
Junto a
Ramires
8 de Diciembre de 2005
Galpón Victor Jara
21:00 hrs

(Por Simón Ramone)

Marky Ramone ha venido cinco veces a Chile: dos con Ramones, dos con Misfits y una con Mickey Leigh, hermano de Joey Ramone. A ver, un segundo, ¿esto significa que viene de nuevo? Sí.

Curioso.

Puede que mucha gente interprete una segunda venida de Marc como una descarada forma de conseguir plata. Se puede realizar esa lectura, pero es un poco apresurada. Marky Ramone es el único ramonero histórico con vida (¿Tommy?), que a pesar de su poca capacidad de componer dentro de la banda, sí fue un miembro importante. Tenerlo de visita y, más encima, verlo: siempre será un privilegio.

Estoy afuera del Galpón Victor Jara. Mi mínima imaginación me hace suponer de que el concierto no será un ejemplo claro y nítido de puntualidad. “Puta, se me quedó algo en la casa weón, voy y vuelvo” – le escucho a Guardabosques, guitarrista de Fiscales. Claro, podría dar lo mismo, a mi también se me quedaron un par de cosas en la casa: la diferencia es que yo no tocaba esa noche.

Algo simpático, de esa tarde, ocurrió cuando una camioneta se acerca al recinto (en teoría) con Marky adentro. Una veintena de confundidos (me incluyo), se acerca al vehículo. Era tanta la gente que el auto se alejó. Fin.

Lo primero que hice, al entrar, fue posicionarme en la reja. Buscaba una lugar estratégico, cansado de quedar siempre a la mierda, con una vista pésima y más encima con un sonido asqueroso. Ahora sí, estoy al medio de la reja y esperando impaciente el comienzo de esto.

Ramires sube al escenario. Es un buen grupo, sin duda, pero el público no estaba para experimentos. Quizás, si hubiera tocado alguna banda (estilo Machuca, Fiscales) más cercano al “punk chileno”, el trato podría haber sido más respetuoso.

¿Cuánto habrán tocado? ¿15 minutos? Entre algunas latas de cerveza y un siempre preciso “bájate aweonao”, Ramires dejaba el escenario. Dejando un poco al margen la apatía de la gente, me pareció un buen repertorio, ya que ejemplifican lo intensa que..

¿Cómo? ¿Los Mox con Marky? – preguntaba con un poco de preocupación. – No weón, toca el Macuco nomás. ¿Quién chucha es el Macuco? Ah, el bajista de Los Mox. ¿Alguien más? Sí, Guardabosques en guitarra. Oye, pero dime la voz, filo lo otro. Sebastián Expulsado.

La pausa fue corta. Sin mayores presentaciones Marky sube al escenario. Se veía intacto. Como siempre, poco comunicativo pero esta vez hablando entre cada uno de los temas, dándole un protagonismo más que divertido a un baterista (seamos sinceros, ¿cuando un baterista ha sido lo fundamental en un grupo?)

El repertorio no pudo haber sido mejor. Rockaway Beach, Pet Sementery, Commando, Today Your Love, entre tantos himnos que me siguen emocionando. Yo, claro, seguía en la reja. Pocas veces me habían pegado tanto: patadas, agarrones, mutilación de muchos pelos de mi cabeza, etc. Al lado mío, un padre sudado protegía a su pequeña niña. ¿Qué habrá pensado el tipo? “Puta la weá, que chucha estoy haciendo acá”. Da lo mismo: la niña se veía feliz.

Al final, la gente pedía y pedía Poison Heart, uno de los temas más recordados de la última etapa ramonera. Marky, mostrando algo de molestia, dice no no. No no.

Quizás estuvo algo corto, pero insisto, ver un pedazo de la banda de rock más grande de todos los tiempos, siempre será impagable. Por más que los precios sean excesivos, por más que muchos quieran transformar a los pinheads en un fácil producto de consumo, ellos se resisten, ellos siguen cantándole a lo simple y esencial de la vida. Ellos siguen siendo unos putos Ramones.

blog comments powered by Disqus